20100819

despierta en ti

El tiempo transcurre dormido allí donde el tumulto se dispera, allí donde el ruido de unos pocos impera. Escuchar el eco de las mismas voces genera un ritmo de somnolencia aguda. Odio soñar tanto dormida, me impide soñar despierta.
Lo repetitivo me encierra las caderas, me inmoviliza la pelvis y seca mis idolatradas palabras huérfanas. No quiero raíces en mis semas, ni anclaje en mis pasiones.

20100518

EVA a solas


Mi cuerpo no aguanta el peso de una tarde entera ante su espera, queda rezagado entre maletas abiertas, la fuerza de un sueño no deseado se apodera de mi cuerpo cansado, sé que el desvelo nocturno flota sus manos ante mí, y así es, al caer la noche mi mente está abierta, mi cuerpo se enfrenta a ella y es vencido, horas y horas en vela. Él llega perdido, apartado, fuma en la terraza, huye a la cama sin mí, y de manera irracional empiezo a odiarlo, a odiar su presencia, a odiar lo pasado, a odiar el devenir.

El odio se me agarra al cielo de la boca y desprende un aliento de inactividad. Llevo toda la mañana encadenada, no creo túneles, no intento escapar, me trago el odio, lo mastico a conciencia.

Y al llegar a casa, una sola pregunta, una sola respuesta:

- ¿Qué hiciste durante toda la mañana?
- Odiarte, sólo eso.



imagen:http://leufoto.blogspot.com/2010/04/nam-nam.html

20091129

acaboses


Se acabó el sentirse parada.
El inutilizarse las manos.
El huir de lo incorrecto.
El enjuague para la tos a base de arándanos y limón.

Si decidía acabar con todo ahora, dejaría atrás un leve rastro de humo fumable por cualquier indigente que pasara en ese momento. Eso es lo que más le fastidia, pensar que no deja rastro del lugar de donde huye. Es consciente que al romper con todo comenzará a deambular durante meses por una ciudad desconocida. Pasará horas y horas sin llevarse nada a la boca, pasará minutos sumergida en una auto-culpa mezquina, segundos y segundos de reproches ruidosos: “¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? Lo tenías todo, el sonido de una armónica tocándote las nalgas mientras escribías sólo para ti. Tenías una especie de casa coronada con doble jardín. ¿Por qué entonces?”

Por la parada sensorial, así de sencillo, había dejado de sentir (porque todo acaba). Ni pena ni gloria, ni alegría ni llanto, sólo un hueco profundo que le atravesiesa la garganta y le llega al esófago. Por eso comenzó a toser tanto, por eso cada cuatro palabras ese sonido molesto se apodera de ella. Dejó de emitirlas, sin ellas el hueco permanecía tapado, solapado a base de ganas retenidas. “¡Quiero gritar!, quiero gritar nueve palabras seguidas: sirope, mantequilla, cava, castañas, fuegos artificiales, tú, yo, todo...nad...”.

20091125

las mismas tardes


Hace tanto que no entro aquí.

Desde esa misma tarde en que...

Será que ya no tengo nada que decir, será que ahora me basta con ver, oír y callar.
Mujer de pueblo, eso es lo que soy.

...se me hizo tarde

Mujer sumisa al sobrecogedor mundo de las imágenes.
Mujer arrastrada a la locura de las palabras encadenadas para huir de la verdad primaria.

(volver a ti)

Enganchada, perturbada.






imagen<.RunningwhitScissors

20090927

ruinas del no-escritor


La pérdida continua de los que escribo, lo efímero de las historias que pasan por mi cabeza, hace que estar sentado aquí me hunda, antes creaba vida a través de las palabras, ahora ellas me dan la vida a mí ¿pero qué hacer con los puntos y a parte? ¿dónde esconderme cuando hay silencio? Antes solía esconderme en ella, pero el amor pesa y llega al suelo fácilmente, necesito de helio, quiero ser ese gran globo rosa en forma de elefante que una mañana de agosto soñé ser a los pies de la Otra Era.

Pero nos devoran nuevos leones, la frustración, la inutilidad, la inmovilidad, vamos dejando pellejos sueltos, nos flotamos el cuerpo para despojarnos de la piel muerta, seca. Cubrimos nuestro mundo de vivencias que ya no queremos llevar a cuesta, exponemos lo que vivimos, somos bailarinas con el tutu en la cabeza.

20090925

¿cuándo aprenderás?



he visto nadar peces entre mis piernas
he olido la muerte
he pellizcado mi corazón
lo he hecho sangrar,
llorar, palpitar a des-tiempo
ahora sólo quiero
quedarme quieta
escuchándote vivir
el soplo de tus manos acariciando mis palabras
el soplo de tu vientre entrando en mi
el soplo de tu mirada dibujando nuevos mapas
¿a dónde vamos ahora?
yo he aprendido que voy hacia ti.

20090923

después de la caída...1,2,3,4,5,6,7,8,9,10.


Pegarse una hostia contra el suelo no es forma de comenzar una nueva vida, dejarte la paleta derecha en el alcen que lleva a tu casa, por segunda vez en menos de seis meses, no es señal de llevar una vida agradable, sin embargo para Anara, esto era la vida, una hostia tras otra.

Se levanta y mientras se cepilla la paleta que le queda mira a su alrededor, hay un pequeño ambientador en forma de seta hueca colocado estratégicamente en el lavabo, no recuerda si fue ella o Cándido el que decidió su lugar, lo que sabe es que le encanta la luz de la pequeña vela que lleva dentro, mucho más que el aroma que desprende, ella prefería el olor a melón.

El eucalipto es bueno para despejar la mucosidad nasal.
Y el melón me lleva a la terraza de tu apartamento, me lleva frente al mar, me lleva al verano. – Esta vez no hubo manera, no lo convenció.

Anara escupe, odia ese color marrón que sale de las encías queriendo simular al rojo de la sangre, cuando uno cepilla fuerte quiere sangre, ¿o es qué acaso comemos mierda? Ella comió mierda anoche, pero ha preferido callarlo, traga el último sorbo de pasta dental y limpia sus labios de un manazo, con rabia. Si al menos oliera a melón.
Da un portazo a la puerta del baño, ha olvidado que Dido duerme, ¿o quizás en ese mismo instante ploffffffff” no lo sabía? Después de la hostia de anoche ha podido olvidar tanto… Lo que sí sabe es que menos mal que a Cándido todos lo llaman Dido, nunca se hubiese decidido ir a vivir con una persona con un nombre como ese. El salón es amplio y blanco, quizás hoy más blanco que nunca, el mármol del suelo reluce, el sol no llega a la planta de azahar que crece frente a su ventana, “mierda, mi pobre planta de azahar, estos malditos edificios altos, ojala y fueran todas las cosas igual de pequeñas que yo, diminutas”, Anara continúa poseyendo los objetos en primera persona del singular, eso del plural para las parejas tradicionales.

Su relación no es tradicional ni tampoco va camino de serlo a pesar de comenzar a vivir juntos, les está costando llegar al equilibrio después de tantos años en los extremos.

¿Qué coño haces dando esos portazos? ¿Es que no ves que duermo? Claro, como tú no trabajas, que coño vas a valorar tú los diez minutos más de gustito mañanero.
Tienes razón, lo siento, esta mal lo del portazo, no son formas, pero no lo de los minutos, vas con diez de retraso.- Anara mira a Dido desde el pequeño taburete colocado también de forma estratégica frente a la ventana, para que se vayan los malos humos de dos fumadores empedernidos.
¿Pero qué te pasa? ¿Qué tienes en la cara?
¿Querrás decir qué me falta?

Dido no responde, no necesita respuestas, el suyo suele ser un despertar malhumorado. El trabajo le roba tiempo, la mudanza también, incluso Anara, aunque ella a veces también se lo regala. Había esperado mucho ese momento, el de irse a vivir juntos. Ahora todo es falta de tiempo, sin un instante para poder sentarse a pensar lo que es su nueva vida. Devora con ansiedad una magdalena y se bebe medio vaso de leche para no atragantarse.

¿Por qué no desayunas en la mesa tranquilamente?

Dido sigue sin responder, “que sabrá ella, que tiene toda el día para soñar, el tiempo no espera a nadie”. Su trabajo, el mundo de las palabras, se le mete debajo de la piel y pesa allí donde la fuerza no puede llegar. Se viste en un santiamén, se lava los dientes y coge su inseparable bolso, un pequeño equipaje con una libreta, un bolígrafo y el teléfono móvil, y se dispone a salir en busca de una noticia. Solo cuando está en la puerta se da cuenta de que Anara llora.

¿Qué te pasa?.
Lo de siempre, nada.

Dido atraviesa el patio exterior comunitario y sale a la calle. El reloj marca las 10:40, ha quedado con un científico, cita a las diez y treinta. Esos son los putas diez minutos de retraso.

Echa a correr.
goulue&guillermo

20090920

¿cuántas personas caen?



¿cuántas personas caen cuando tú caes?

¿cuántas personas pueden estrellarse contra el suelo en una sola acción?



todos cometemos errores,

todos hemos sido culpables (culpables con culpa, culpa sin culpables)



la culpa, la puta culpa



el otro día fuí culpable

mi curiosidad me hizo culpar



meterme en la boca del lobo

un lobo sucio, roido, podrido

un lobo que aulla con los ojos

que mira con las uñas



no anda, ni gatea, se arrastra aniquilando todo lo que está en el suelo, en el subsuelo

por eso me voy a levantar

por eso voy a agarrar a todos los que cayeron conmigo, en una sola acción

y volar alto

lo más alto

con todos ellos




el lamento para los lamentables
el suspiro para los que deben tener miedo
la alegría para las buenas almas
los colores para todos ellos
a los que arrastré a la culpa más oscura, a la culpa más puta
a la oscura y puta realidad.





foto: http://ffffound.com